sábado, 10 de marzo de 2012

¿SE DEBE JUBILAR LA ORTOGRAFÍA?

POLÉMICA DE LA ORTOGRAFÍA

¿Y tú qué opinas?
En el mencionado congreso Gabo pronunció el discurso titulado "Botella al mar para el dios de las palabras". Donde hace pública su propuesta en "suavizar" normas gramaticales u ortográficas que de hecho nadie usa. Entre otras causas porque le restan tiempo al trabajo de los escritores. Y nosotros agregaremos que, excesos ortográficos son inconvenientes para el fluido mensaje electrónico. Sin embargo, estamos de acuerdo en que no debemos suprimir los acentos, para lo cual, entre los documentos que se distribuirán en el Encuentro, tenemos un Manual de usuario con información para adecuar acentos a los programas conocidos. En todo caso la riqueza del sonido de la palabra castellana está más que justificada por sí sola. Hay quienes insinúan que posiciones como esta, sólo pretenden cambiar las reglas que rigen el castellano desde años, sin razón. En todo caso, recordamos la ponencia original de Gabriel García Márquez, e incluimos algunas de las más relevantes críticas al respecto. esperando enriquecerla durante este I Encuentro Virtual de Escritores en Lengua Española. Estamos conscientes de que la polémica es antigua y, sin embargo, continuará en el futuro, más allá de nosotros. (WD)

BOTELLA AL MAR PARA EL DIOS
DE LAS PALABRAS
Nunca como hoy ha sido tan grande ese poder. La humanidad entrará en el tercer milenio bajo el imperio de las palabras. No es cierto que la imagen esté desplazándolas ni que pueda extinguirlas. Al contrario, está otenciándolas: nunca hubo en el mundo tantas palabras con tanto alcance, autoridad y albedrío como en la inmensa Babel de la vida actual. Palabras inventadas, maltratadas o sacralizadas por la prensa, por los libros desechables, por los carteles de publicidad; habladas y cantadas por la radio, la televisión, el cine, el teléfono, los altavoces públicos; gritadas a brocha gorda en las paredes de la calle o susurradas al oído en las penumbras del amor. No: el gran derrotado es el silencio. Las cosas tienen ahora tantos nombres en tantas lenguas que ya no es fácil saber cómo se llaman en ninguna. Los idiomas se dispersan sueltos de madrina, se mezclan y confunden, disparados hacia el destino ineluctable de un lenguaje global.
La lengua española tiene que prepararse para un oficio grande en ese porvenir sin fronteras. Es un derecho histórico. No por su prepotencia económica, como otras lenguas hasta hoy, sino por su vitalidad, su dinámica creativa, su vasta experiencia cultural, su rapidez y su fuerza de expansión, en un ámbito propio de 19 millones de kilómetros cuadrados y 400 millones de hablantes al terminar este siglo. Con razón un maestro de letras hispánicas en Estados Unidos ha dicho que sus horas de clase se le van en servir de intérprete entre latinoamericanos de distintos países.
Llama la atención que el verbo pasar tenga 54 significados, mientras en la República de Ecuador tienen 105 nombres para el órgano sexual masculino, y en cambio la palabra condoliente, que se explica por sí sola, y que tanta falta nos hace, aún no se ha inventado. A un joven periodista francés lo deslumbran los hallazgos poéticos que encuentra a cada paso en nuestra vida doméstica. Que un niño desvelado por el balido intermitente y triste de un cordero dijo: «Parece un faro». Que una vivandera de la Guajira colombiana rechazó un cocimiento de toronjil porque le supo a Viernes Santo. Que don Sebastián de Covarrubias, en su diccionario memorable, nos dejó escrito de su puño y letra que el amarillo es «la color» de los enamorados. ¿Cuántas veces no hemos probado nosotros mismos un café que sabe a ventana, un pan que sabe a rincón, una cerveza que sabe a beso? Son pruebas al canto de la inteligencia de una lengua que desde hace tiempo no cabe en su pellejo.
Pero nuestra contribución no debería ser la de meterla en cintura, sino al contrario, liberarla de sus fierros normativos para que entre en el siglo venturo como Pedro por su casa. En ese sentido me atrevería a sugerir ante esta sabia audiencia que simplifiquemos la gramática antes de que la gramática termine por simplificarnos a nosotros. Humanicemos sus leyes, aprendamos de las lenguas indígenas a las que tanto debemos lo mucho que tienen todavía para enseñarnos y enriquecernos, asimilemos pronto y bien los neologismos técnicos y científicos antes de que se nos infiltren sin digerir, negociemos de buen corazón con los gerundios bárbaros, los qués endémicos, el dequeísmo parasitario, y devuélvamos al subjuntivo presente el esplendor de sus esdrújulas: váyamos en vez de vayamos, cántemos en vez de cantemos, o el armonioso muéramos en vez del siniestro muramos.
Jubilemos la ortografía, terror del ser humano desde la cuna: enterremos las haches rupestres, firmemos un tratado de límites entre la ge y jota, y pongamos más uso de razón en los acentos escritos, que al fin y al cabo nadie ha de leer lagrima donde diga lágrima ni confundirá revólver con revolver. ¿Y qué de nuestra be de burro y nuestra ve de vaca, que los abuelos españoles nos trajeron como si fueran dos y siempre sobra una? Son preguntas al azar, por supuesto, como botellas arrojadas a la mar con la esperanza de que le lleguen al dios de las palabras. A no ser que por estas osadías y desatinos, tanto él como todos nosotros terminemos por lamentar, con razón y derecho, que no me hubiera atropellado a tiempo aquella bicicleta providencial de mis 12 años.

 TEXTO IRÓNICO-HUMORÍSTICO A RAÍZ DEL DISCURSO DE GARCÍA MÁRQUEZ:
Reforma ortográfica 1



En vista de la evolución del castellano en los últimos años, debido a los aportes realizados por los jóvenes y a las sugerencias de García Márquez, la Real Academia de la Lengua dará a conocer, la reforma modelo 2004/8 de la ortografía española, que tiene como objetivo unificar el español como lengua universal de los hispanohablantes.
Será una enmienda paulatina, que entrará en vigor poco a poco, para evitar confusiones.La reforma hará más simple el castellano, pondrá fin a los problemas de otros países y hará que nos entendamos de manera universal quienes hablamos esta noble lengua.
La reforma se introducirá en las siguientes etapas anuales:

Supresión de las diferencias entre c, q y k.
Komo despegue del plan, todo sonido parecido al de la k será asumido por esta letra. En adelante pues, se eskribirá: kasa, keso, Kijote...
Se simplifikará el sonido de la c y z para igualarnos a nuestros hermanos hispanoamericanos ke convierten todas estas letras en un úniko fonema “s” Kon lo kual sobrarán la c y la z:
"El sapato de Sesilia es asul".
Desapareserá la doble c y será reemplasada por la x:
"Tuve un axidente en la Avenida Oxidental".
Grasias a esta modifikasión, los españoles no tendrán desventajas ortográfikas frente a otros pueblos, por su estraña pronunsiasión de siertas letras.

Asimismo, se funden la b kon la v; ya ke no existe diferensia alguna entre el sonido de la b y la v.
Por lo kual, a partir del segundo año, desapareserá la v.
Y beremos kómo bastará kon la b para ke bibamos felises y kontentos.
Pasa lo mismo kon la elle y la y. Todo se eskribirá kon y:
"Yébeme de paseo a Sebiya, señor Biyar".
Esta integrasión probokará agradesimiento general de kienes hablan kasteyano, desde Balensia hasta Bolibia.
La hache, kuya presensia es fantasma, kedará suprimida por kompleto:
Así, ablaremos de abas o alkool. No tendremos ke pensar kómo se eskribe sanaoria y se akabarán esas komplikadas y umiyantes distinsiones entre "echo" y "hecho".
Ya no abrá ke desperdisiar más oras de estudio en semejante kuestión ke nos tenía artos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario